Fotografía
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Fotografía
Título: Fotografía...
Extensión: One-shot (1 capitulo)
Genero: Fanfic, drama, amor.
**Aviso que está basado en un video... Lo teneis en el foro ^^
El chico se dispuso ha echar la fotografía. Ése era su trabajo, vivía para ello; era lo único que lo llenaba –a parte del motociclismo-. Pero algo se interpuso entre la pareja que tenía que fotografiar y el objetivo de su cámara. Un rostro hermoso, de tez blanca y ojos color esmeralda. La muchacha, al percatarse de lo que había hecho, pidió una y otra vez disculpas al joven fotógrafo. No tendría más de veinticinco años, como ella. La muchacha siguió su camino, y él siguió con su trabajo. Pero sus vidas cambiarían por completo a partir de aquél día.
Ella trabajaba en una peluquería, su nombre era Sakura. Un día como otro cualquiera vio entrar a un conocido. Un muchacho alto, de cabellos rubios y ojos azules. Era él, el fotógrafo. Una de sus compañeras iba a atenderlo, pero ella se le adelantó; sentía la necesidad de hacerlo ella, de estar junto a él. Empezó a lavarle el cabello, suave y sedoso. Se dejó llevar por el sentimiento que la embargaba, disfrutando con el tacto del cabello. Hasta que se le fue la mano, llenando el ojo izquierdo del muchacho con jabón.
-Lo... ¡Lo siento!
-No pasa nada... –en aquél momento sus ojos se cruzaron. Un momento fugaz pero eterno para ellos. La jefa de la peluquería fue a regañar a la muchacha, pero el rubio interfirió entre ellas dos, diciendo que no pasaba nada.
Al cabo de unos días, Naruto se encontraba trabajando en su estudio junto a su ayudante Sasuke. Estaban haciendo un reportaje fotográfico de motos cuando alguien entró al estudio. Naruto no se percató de ello, hasta que escuchó esa dulce voz.
-Traigo el sombrero de...
-Naruto –contestó rápidamente éste-. Tú eres la peluquera, ¿no?
-Sí –afirmó tímidamente.
Él recordó el momento en la peluquería, y se rió un poco al recordar la cara de la jefa. Después de recuperar su gorro, miró fijamente a la chica. Iba vestida con un jersey de lana negro agrisado y unos pantalones de pana negros, estaba preciosa. La cogió del brazo y la condujo hacía el decorado, quitando las motos que habían para fotografiarla a ella. Gastó un par de carretes en ella. Desde aquél día, los dos pasaron grandes ratos juntos, y su amor cada día crecía más. Muchas veces iban con Sasuke y su novia ha una pista de motociclismo y competían entre ellos, aunque el premio siempre era el mismo; estar con sus chicas.
Rebelando las fotos un día, Naruto recibió una llamada. A causa de ello, se olvidó por completo de tapar el bote de fijador, que al contacto con la piel podría corroerla. Al salir de la sala de revelados vio a Sakura vestida con una de sus camisas. “Está preciosa” pensó. Ella sin querer había derramado un vaso de zumo sobre algunas fotografías y lo había secado con su camiseta, por eso llevaba puesta una camisa de su chico. Él, al verla así, se acercó a ella y la besó tiernamente. Después, con su cámara en las manos, se dispuso a echarle una fotografía. Pero el carrete se había acabado. Iba a ir a por otro de recambio, pero Sakura se le adelantó. El estante donde se encontraban los carretes nuevos estaba demasiado alto para ella; tanto que tuvo que ponerse de puntillas. Aún así no veía lo que hacía, y sin querer le dio un golpe al fijador, haciendo que éste cayera sobre sus ojos.
El médico sentenció que a causa del líquido la muchacha se quedaría sin los ojos. A Naruto aquello le sentó como si le tiraran un cubo de agua helada. Si ella perdía sus ojos, sus hermosos ojos... No podría volver a trabajar, no podría volver a ver la luz del sol; viviría sumida en una profunda oscuridad. No podía ni pensarlo; no volvería a ver esos ojos color esmeralda que lo cautivaron desde el primer momento en que la vio. Volvió a su casa. Preparó una maleta, mirando con detalle cada objeto, cada rincón de la casa. Miró una de las paredes donde había una foto. En realidad, dos fotos; una de él y una de Sakura, recortadas y pegadas para que parecieran una sola. Ahora que lo pensaba, casi no se había echo fotos con ella. Cogió una última cosa, la cosa de la cuál jamás lograría separarse. Su fotografía; aquella que le hizo por primera vez en el parque, sin querer... aquella que los unió.
Una dulce mano empezó a quitar las vendas de su cara. No acababa de recordar bien lo que pasó. Sabía que estaba en un hospital a causa de un accidente que tuvo con un líquido corrosivo. Miró extrañada a su alrededor. Su familia, sus amigos... Todos estaban allí, sonrientes y felices de ver que la muchacha volvía a ver. Pero no logró encontrar a quien ella más deseaba ver. “Naruto... –pensó- ¿Dónde estás?”. Cuando hubo salido del hospital fue al estudio de su chico con Sasuke. Miró la pared, ésa donde estaba la fotografía de los dos. Pero ahora solo quedaba su mitad. Se veía a sí misma lanzando un beso al aire, esperando que él lo recogiera... pero no lo haría.
Pasaron los días y volvió a su empleo. Se miró atentamente al espejo mientras lo limpiaba. Ésos ojos... Sus ojos... Ahora eran azules, penetrantes. Mientras miraba su propio reflejo su corazón aceleró convulsivamente. Una figura tras ella, su figura. Era él, el reflejo de Naruto. Se dio la vuelta esperanzada, pero al hacerlo lo único que encontró fue a Sasuke. Traía con sigo el volumen de una revista. Al leer la portada, Sakura se sorprendió. “La primera persona que recibe un transplante de ojos directamente de un ser vivo”. Aparecía su foto; ella era esa persona. Miró de nuevo su reflejo, y su mirada.
Entristecida, vagabundeó sin rumbo alguno, buscando a la persona que jamás encontraría. “¿De qué me sirve tener ojos –pensó- si jamás volveré a verte?”. Confundida y aturdida llegó al circuito. Allí vio a un hombre rubio tirándole una pelota a un perro. Era un perro guía. Se acercó a ese hombre vestido de negro con unas gafas del mismo color.
-No puede ser...
Empezó a llorar mientras caía de rodillas al suelo. Ése hombre era Naruto, sin duda alguna. Un golpe de viento se llevó consigo una foto que había junto a él voló y se postró ante ella. Una fotografía de sí misma, la primera fotografía que él le echó. Él buscó a tientas la fotografía, y ella se la acercó. Al tener de nuevo contacto entre ellos Naruto la reconoció, y sin decir nada más le dijo.
-Aquél día me sentí culpable de lo ocurrido. No sabía que hacer, no sabía como ayudarte. Hablé con el doctor y me dijo que podía hacer algo por ti. Hice mi maleta y volví al hospital, fijándome en todo lo que había a mi alrededor, pues sería la última vez que podría ver. Me entraron en el quirófano, junto a ti. Tú ya estabas anestesiada, no me pude despedir... Sentí un profundo dolor al separarme de ti. Lloré por última vez. Recuerdo que al salir del quirófano sentí que nos cruzábamos. Te dije que te quería en un susurro mental, ¿me escuchaste? Después de salir de la clínica decidí alejarme. Para que no te sintieras culpable como yo me sentí.
-¿Por qué...? –ella intentó hablar, pero ni sus lágrimas ni él la dejaron.
-Por que te quiero más que a mi vida.
**Nota: Aviso de que hace años que está escrito... Quizás encontreis alguna falta o una mala expresión, pero quería colgarlo... ^^ Ya me diréis algo, o eso espero.
Extensión: One-shot (1 capitulo)
Genero: Fanfic, drama, amor.
**Aviso que está basado en un video... Lo teneis en el foro ^^
El chico se dispuso ha echar la fotografía. Ése era su trabajo, vivía para ello; era lo único que lo llenaba –a parte del motociclismo-. Pero algo se interpuso entre la pareja que tenía que fotografiar y el objetivo de su cámara. Un rostro hermoso, de tez blanca y ojos color esmeralda. La muchacha, al percatarse de lo que había hecho, pidió una y otra vez disculpas al joven fotógrafo. No tendría más de veinticinco años, como ella. La muchacha siguió su camino, y él siguió con su trabajo. Pero sus vidas cambiarían por completo a partir de aquél día.
Ella trabajaba en una peluquería, su nombre era Sakura. Un día como otro cualquiera vio entrar a un conocido. Un muchacho alto, de cabellos rubios y ojos azules. Era él, el fotógrafo. Una de sus compañeras iba a atenderlo, pero ella se le adelantó; sentía la necesidad de hacerlo ella, de estar junto a él. Empezó a lavarle el cabello, suave y sedoso. Se dejó llevar por el sentimiento que la embargaba, disfrutando con el tacto del cabello. Hasta que se le fue la mano, llenando el ojo izquierdo del muchacho con jabón.
-Lo... ¡Lo siento!
-No pasa nada... –en aquél momento sus ojos se cruzaron. Un momento fugaz pero eterno para ellos. La jefa de la peluquería fue a regañar a la muchacha, pero el rubio interfirió entre ellas dos, diciendo que no pasaba nada.
Al cabo de unos días, Naruto se encontraba trabajando en su estudio junto a su ayudante Sasuke. Estaban haciendo un reportaje fotográfico de motos cuando alguien entró al estudio. Naruto no se percató de ello, hasta que escuchó esa dulce voz.
-Traigo el sombrero de...
-Naruto –contestó rápidamente éste-. Tú eres la peluquera, ¿no?
-Sí –afirmó tímidamente.
Él recordó el momento en la peluquería, y se rió un poco al recordar la cara de la jefa. Después de recuperar su gorro, miró fijamente a la chica. Iba vestida con un jersey de lana negro agrisado y unos pantalones de pana negros, estaba preciosa. La cogió del brazo y la condujo hacía el decorado, quitando las motos que habían para fotografiarla a ella. Gastó un par de carretes en ella. Desde aquél día, los dos pasaron grandes ratos juntos, y su amor cada día crecía más. Muchas veces iban con Sasuke y su novia ha una pista de motociclismo y competían entre ellos, aunque el premio siempre era el mismo; estar con sus chicas.
Rebelando las fotos un día, Naruto recibió una llamada. A causa de ello, se olvidó por completo de tapar el bote de fijador, que al contacto con la piel podría corroerla. Al salir de la sala de revelados vio a Sakura vestida con una de sus camisas. “Está preciosa” pensó. Ella sin querer había derramado un vaso de zumo sobre algunas fotografías y lo había secado con su camiseta, por eso llevaba puesta una camisa de su chico. Él, al verla así, se acercó a ella y la besó tiernamente. Después, con su cámara en las manos, se dispuso a echarle una fotografía. Pero el carrete se había acabado. Iba a ir a por otro de recambio, pero Sakura se le adelantó. El estante donde se encontraban los carretes nuevos estaba demasiado alto para ella; tanto que tuvo que ponerse de puntillas. Aún así no veía lo que hacía, y sin querer le dio un golpe al fijador, haciendo que éste cayera sobre sus ojos.
El médico sentenció que a causa del líquido la muchacha se quedaría sin los ojos. A Naruto aquello le sentó como si le tiraran un cubo de agua helada. Si ella perdía sus ojos, sus hermosos ojos... No podría volver a trabajar, no podría volver a ver la luz del sol; viviría sumida en una profunda oscuridad. No podía ni pensarlo; no volvería a ver esos ojos color esmeralda que lo cautivaron desde el primer momento en que la vio. Volvió a su casa. Preparó una maleta, mirando con detalle cada objeto, cada rincón de la casa. Miró una de las paredes donde había una foto. En realidad, dos fotos; una de él y una de Sakura, recortadas y pegadas para que parecieran una sola. Ahora que lo pensaba, casi no se había echo fotos con ella. Cogió una última cosa, la cosa de la cuál jamás lograría separarse. Su fotografía; aquella que le hizo por primera vez en el parque, sin querer... aquella que los unió.
Una dulce mano empezó a quitar las vendas de su cara. No acababa de recordar bien lo que pasó. Sabía que estaba en un hospital a causa de un accidente que tuvo con un líquido corrosivo. Miró extrañada a su alrededor. Su familia, sus amigos... Todos estaban allí, sonrientes y felices de ver que la muchacha volvía a ver. Pero no logró encontrar a quien ella más deseaba ver. “Naruto... –pensó- ¿Dónde estás?”. Cuando hubo salido del hospital fue al estudio de su chico con Sasuke. Miró la pared, ésa donde estaba la fotografía de los dos. Pero ahora solo quedaba su mitad. Se veía a sí misma lanzando un beso al aire, esperando que él lo recogiera... pero no lo haría.
Pasaron los días y volvió a su empleo. Se miró atentamente al espejo mientras lo limpiaba. Ésos ojos... Sus ojos... Ahora eran azules, penetrantes. Mientras miraba su propio reflejo su corazón aceleró convulsivamente. Una figura tras ella, su figura. Era él, el reflejo de Naruto. Se dio la vuelta esperanzada, pero al hacerlo lo único que encontró fue a Sasuke. Traía con sigo el volumen de una revista. Al leer la portada, Sakura se sorprendió. “La primera persona que recibe un transplante de ojos directamente de un ser vivo”. Aparecía su foto; ella era esa persona. Miró de nuevo su reflejo, y su mirada.
Entristecida, vagabundeó sin rumbo alguno, buscando a la persona que jamás encontraría. “¿De qué me sirve tener ojos –pensó- si jamás volveré a verte?”. Confundida y aturdida llegó al circuito. Allí vio a un hombre rubio tirándole una pelota a un perro. Era un perro guía. Se acercó a ese hombre vestido de negro con unas gafas del mismo color.
-No puede ser...
Empezó a llorar mientras caía de rodillas al suelo. Ése hombre era Naruto, sin duda alguna. Un golpe de viento se llevó consigo una foto que había junto a él voló y se postró ante ella. Una fotografía de sí misma, la primera fotografía que él le echó. Él buscó a tientas la fotografía, y ella se la acercó. Al tener de nuevo contacto entre ellos Naruto la reconoció, y sin decir nada más le dijo.
-Aquél día me sentí culpable de lo ocurrido. No sabía que hacer, no sabía como ayudarte. Hablé con el doctor y me dijo que podía hacer algo por ti. Hice mi maleta y volví al hospital, fijándome en todo lo que había a mi alrededor, pues sería la última vez que podría ver. Me entraron en el quirófano, junto a ti. Tú ya estabas anestesiada, no me pude despedir... Sentí un profundo dolor al separarme de ti. Lloré por última vez. Recuerdo que al salir del quirófano sentí que nos cruzábamos. Te dije que te quería en un susurro mental, ¿me escuchaste? Después de salir de la clínica decidí alejarme. Para que no te sintieras culpable como yo me sentí.
-¿Por qué...? –ella intentó hablar, pero ni sus lágrimas ni él la dejaron.
-Por que te quiero más que a mi vida.
**Nota: Aviso de que hace años que está escrito... Quizás encontreis alguna falta o una mala expresión, pero quería colgarlo... ^^ Ya me diréis algo, o eso espero.
Tsuki- Chico/a friki
- Cantidad de envíos : 49
Fecha de inscripción : 14/10/2008
Re: Fotografía
*o* Que majo!!
Para mi lo unico que le falla es que el payo se llame Naruto, porque no le pega pa na. Sakura todavia, que es un nombre bastante comun. Bueno, y aparte de eso, que el final ddel vodeo yo lo interpreté de otra forma (no e reconocen) pero bueno, asi esta cacho de bien *o*
Para mi lo unico que le falla es que el payo se llame Naruto, porque no le pega pa na. Sakura todavia, que es un nombre bastante comun. Bueno, y aparte de eso, que el final ddel vodeo yo lo interpreté de otra forma (no e reconocen) pero bueno, asi esta cacho de bien *o*
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